miércoles, 12 de agosto de 2015

El vino tinto también es para el verano



Nos encontramos en los meses más calurosos del año, un periodo generalmente vacacional en que son muchos los que aprovechan para reunir a la familia o los amigos al aire libre. Se multiplican las cenas y las comidas, ya sea en torno a la barbacoa de casa, en zonas costeras o en salidas campestres. Una de las cuestiones que con más frecuencia nos planteamos en esta época, es la referente a la temperatura de servicio del vino.

Hay que destacar que un buen vino nos puede parecer malo si lo consumimos a una temperatura inadecuada, siempre con la máxima de que cada uno se toma el vino a la temperatura que más le gusta. El post de hoy lo quiero dedicar a aquellos consumidores de vino tinto que lo quieren seguir tomando durante el verano.

Los vinos blancos, los rosados y los vinos jóvenes, más frescos y ligeros que los vinos tintos y los reserva, resultan adecuados con altas temperaturas porque se “dejan beber” fácilmente. Pero no tiene por qué ser así. Considerar los vinos blancos más apropiados para el verano y los vinos tintos para el invierno, nos llevaría, in extremis, a tomar uno diferente en cada estación del año.

Estos tópicos que hablan de la temperatura recomendada de consumo del vino confunden al consumidor. Es demasiado habitual consumir el vino tinto a temperaturas más altas de lo que nuestro paladar desearía. En verano, el problema se agrava porque debido al calor nos apetece consumir algo más refrescante y el vino lo asociamos a una bebida que no lo es. Desde nuestro punto de vista, el vino tinto podría consumirse fresco en verano, sin llegar a estar frío, para notar una sensación de frescor en el momento de degustarlo y evitar así la sensación de excesivo alcohol.

 


Cada vino tiene una temperatura adecuada de servicio, una franja de grados en la que se muestra en plenitud y en que puede desplegar todos sus aromas. Hay quien necesita en verano que le aporte un punto refrescante y eso no siempre obliga a pasarse a los blancos, aunque sea un recurso frecuente.
Los tintos requieren una temperatura superior para mostrarse en todo su esplendor. Un tinto joven puede servirse entre los 12 y 14 grados, un crianza entre 14 y 16 y ante un reserva con cuerpo sería preferible la franja entre 16 y 18.

¿Quien dice que los vinos tintos no te pueden dar una sensación refrescante en verano? Nosotros tenemos claro que es posible y que debemos prestar atención a la temperatura del consumo del vino tinto en verano, al igual que hacemos con otras bebidas.

¿Nuestro consejo? Bajar la temperatura del vino 3 ó 4 grados sobre las medias de consumo recomendadas. ¿El truco para conseguir la temperatura? Refrescad el tinto en una cubitera con más agua que hielos. Probarlo y veréis como de este modo el vino tinto en verano sabe mejor.


No hay comentarios:

Publicar un comentario