miércoles, 1 de abril de 2015

¿Puede el vino entrar en “shock”?



Resulta curioso, pero sí, los vinos pueden estresarse y entrar en “shock”… pero ¿qué significa qué una botella de vino puede sufrir un estado de shock o estar enferma? Como siempre decimos, el vino es un ser vivo, con lo que al igual que una persona, puede entrar en “shock”. Es un término que describe una condición que sufren los vinos cuando pierden cualidades y aromas, aunque se considera como una condición transitoria, ya que trascurrido un tiempo, días o semanas, suele desaparecer, es decir, “lo pasa mal” durante un tiempo.

En este post os vamos a explicar las situaciones más frecuentes que provocan el “shock” de los vinos y cómo prevenirlo, no sea que vayamos a confundirnos y desperdiciemos un buen vino por estar un poco “estresado”. Existen dos escenarios principales que provocan el estado de “shock” en una botella:

El primer escenario puede darse inmediatamente después del embotellado, ya que al tratarse de un producto vivo y sometido a un proceso cuidadoso de elaboración, en ocasiones requiere un tiempo de adaptación al verse sometido a un entorno nuevo, como es el caso del embotellado, donde pasa de la barrica o del depósito metálico directamente a la botella. Utilizando una metáfora, en respuesta a este nuevo entorno, el vino se vuelve un poco tímido y se refugia en sí mismo, originando una serie de alteraciones que pueden durar días, o incluso semanas, antes de asentarse y volver a ser él mismo.

El segundo motivo son los traslados, especialmente en el de los vinos más viejos y frágiles, ya que las condiciones extremas de temperatura o el movimiento puede agregar estrés a la evolución del vino, provocando que se cierre temporalmente.

Los síntomas son fácilmente identificables, ya que se reflejan en el color y en la limpieza del vino o también en el cambio de aromas, tornándose hacia olores parecidos a la col hervida, o a cerrado, y a sabores más amargos y fragmentados. Por lo general, unos días de descanso es la cura para recuperar su estado natural. En cualquier caso, el tiempo recomendado puede variar.

En el supuesto de que abramos una botella en estado de “shock” y muestre aromas desagradables, recomendamos optar por opciones como la aireación o la decantación del vino, con el fin de eliminar los olores. El decantado del vino es un buen remedio para evitar el “mal olor” debido a la enfermedad de la botella.

Hay que recordar que el vino nace en el viñedo para convertirse en un organismo vivo, donde las características particulares de las vides y del terreno muestran su ADN. Es un producto delicado que requiere de unos cuidados que en ocasiones no se tienen presentes.



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